En momentos como estos…escúchalo, escúchame!!


A diario oímos cosas que nos cuentan conocidos, compañeros de trabajo, familiares y también los más allegados, como son nuestra pareja e hijos.

Lo he dicho así, oímos, porque es como yo los contemplo. Oímos, pero no escuchamos, prestamos atención, ni siquiera intentamos comprender lo que nos quieren decir o transmitir. Por supuesto, si es una persona mayor, menos atención prestamos.

Es igual, cuando se nos reprocha, le echamos la culpa a la prisa y al consabido stress.

La falta de comunicación, es el principal problema en las relaciones entre las personas, Dios me libre de decir individuos, y afecta al buen funcionamiento de la sociedad.

Es en estos momentos, en la crisis, cuando se está detectando un “virus” que se extiende con gran velocidad por todo el mundo y haciendo mella en la sociedad y en las instituciones. Estamos hablando del virus de la desconfianza.

Decía Stevens, que “La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.”


Unamuno, nos decía de la desconfianza… “Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende.”

Parece ser, que por intereses de tipo económico, se pretende combatir este “virus”, pues con él, la desconfianza, tanto los sectores financieros, como los industriales y de mercado, no se podrá salir de la crisis.

Y yo me digo, “Mira por donde, hemos necesitado una crisis económica y financiera mundial para rescatar los valores que propician la confianza en la sociedad.”


Precisamente por ello, deberíamos hacer cosas en ese sentido, empezando con las personas que a menudo nos rodean o con las que departimos periódicamente. Eso es, los conocidos, los compañeros de trabajo, familiares, la pareja, los hijos…

Estoy seguro que si hacemos cosas a nivel de las relaciones personales, éstas afectarán positivamente en el seno de la porción correspondiente de la sociedad donde nos desenvolvemos.

Que hacemos?


Pues de momento, escuchar, prestar atención y hacer por esta persona que nos comenta en confianza un problema, lo que esté en nuestras manos.

Esto es poco?


Pues no. Atendiendo a los que tenemos cerca, no sólo le podremos ayudar en el tema material, si es que podemos, que le afecten…sino, que a la vez, se sentirá mejor al considerarse : escuchado, atendido y mejorará se estado anímico y autoestima.

Ya lo decíamos al principio, es en estos tiempos de crisis, cuando más necesitamos del apoyo de los demás, de que alguien nos mire a los ojos, nos escuche, entienda nuestros problemas y nos dé una palabras de ánimo o nos brinde una idea feliz para solucionar tal problema.


Por eso, te animo, para que en momentos como este…escúchame…escúchalo!!!

Un saludo







By Ángel Corbalán

Comentarios

  1. Me ha emocionado mucho el contenido de este artículo. Es verdad, oimos y no escuchamos. Más tarde, cuando somos mayores y somos victimas de eso, nos quejamos y a la vez nos arrepentimos de haber caido en ello.

    Un abrazo LUCI

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