En verano, el Ciberacoso no descansa, abre los ojos!!
Las aulas se vacían y los escolares se despiden hasta la vuelta,
prevista, en la mayoría de los casos, para el lunes 10 de septiembre. Dos largos meses de vacaciones en los
que se arrinconan los libros de texto –la recuperación de los suspensos se hace
antes del verano–, pero no así las tablets, ordenadores y móviles, que
siguen a mano día a día.
Si antiguamente el acoso se producía in-situ al
estar supeditado al entorno escolar, hoy no da tregua y permite un asedio
continuado a través de las nuevas tecnologías y de lo que ahora se conoce
como “ciberbullying” o “ciberacoso”, también en las horas y días en los que el
niño no va al colegio, como puedan ser los meses de verano.
Aunque cierre el colegio por vacaciones, el verdadero
altavoz del acoso se encuentra ahora en internet, en las redes sociales y en la
mensajería instantánea. Por otro lado está el agravante de la difusión vírica
alcanzado a través de los canales como YouTube, Whatsupp, Twitter, Tuenti o
Snapchat.
La falta de empatía como motor del acoso
Los niños tienen una manifiesta falta de madurez les impide empatizar lo suficiente con los demás, y por ello suelen aprovechar los “defectos” de sus compañeros, sean reales o imaginarios, para ridiculizarlos y así convertirse en protagonistas, o sentirse mejor y más fuertes a los ojos de los demás.
El carácter viral que pueden afectar los mensajes
ofensivos multiplica también el daño que sufre el niño, que se siente
públicamente rechazado y humillado a cualquier hora del día y de la noche. Esto
lo sabe perfectamente el niño acosador o bully y lo utiliza para
“mantener vivo” el asedio también en la época estival.
Para acosar a otro niño sólo hace falta un dispositivo y una
conexion a internet
¿Por qué se sigue acosando en verano?
En el ciberbullying, la víctima y el ciberacosador se conocen
personalmente del entorno escolar, por lo menos al inicio de la “campaña de
acoso”, puesto que en el desarrollo de esta modalidad, el “ciberacosador”
puede terminar siendo varias personas, que en verano continúan ejerciendo el
hostigamiento a través de las TIC.
Las consecuencias del ciberbullying pueden ser, si cabe, aún
más devastadoras que las producidas en un encuentro cara a cara, al faltar el
aspecto de la comunicación no verbal. El daño a los niños y adolescentes se
produce porque todavía no tienen recursos para enfrentarlo por su falta de
madurez, ni tampoco saben discriminar entre la gravedad de unas palabras que,
inicialmente, pueden tratarse de una broma.
Debemos estar atentos: ¿vemos que vigila el móvil
constantemente y a escondidas?
¿Cómo detectar el ciberacoso durante las vacaciones?
Lo importante es estar atentos a las señales para poder detectarlo cuanto antes. En este caso no contamos con la primera de las pistas que nos hará sospechar sobre un posible acoso: el intento de evitación del centro escolar.
Para averiguar si pasa algo, pues, habrá que mostrarse muy
comprensivos con el niño, favoreciendo una comunicación sincera en la que él se
encuentre seguro y jamás juzgado o culpabilizado por lo que está pasando.
Los padres deberán fijarse en los cambios de humor y de
comportamiento respecto a otros veranos o periodos vacacionales:
– Si el niño antes era alegre y disfrutaba de ciertas
actividades que ahora rechaza por un estado anímico depresivo, hay
que indagar qué es lo que le pasa y sospechar.
– ¿Vigila continuamente o a escondidas el móvil o los
dispositivos manifestando una actitud angustiada? De ser así es posible
que esté buscando la actualización de los mensajes ofensivos que se han hecho
sobre su persona.
– Si se muestra temeroso o reacio a salir de casa es
posible que tenga miedo a abandonar su contexto de seguridad por haber recibido
amenazas.
Por lo tanto, estamos de vacaciones, descansen… pero,
compartan más actividades con sus hijos o hijas y fomenten el diálogo y si es necesario,
aprendan lo necesario sobre las redes que navegan sus menores y será mejor que
las dudas se las aclaren Vds. , a que las “aprendan” de otros chicos o chicas
de sus edades.
Las familias, son los principales valedores y protectores de
sus menores.
Fuentes:
Stop Bullying y Ciberbullying
Patricia Peyró
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